El desarrollo previene la formación del parásito asociado a la enfermedad
Científicos de la UNAM desarrollaron una vacuna que inhibe la incidencia de cisticercosis en cerdos, lo que consecuentemente disminuye su afección en humanos. El antídoto actúa sobre el parásito conocido como “solitaria” (Taenia Solium), un hospedero de ambas especies cuyos huevecillos provocan la enfermedad.
Para los humanos, los síntomas de la cisticercosis pueden percibirse como dolores musculares, pero cuando la patología incide sobre el sistema nervioso central (neurocisticercosis), las afecciones generan dolores de cabeza, desorientación, convulsiones, pérdida de memoria y hasta la muerte.
La doctora Edda Lydia Sciutto Conde, investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de la UNAM, explicó que la cisticercosis se desarrolla en los cerdos cuando éstos ingieren alimentos contaminados con fragmentos de heces humanas, que contienen restos de la Taenia Solium.
Por otro lado, la enfermedad prolifera en las personas debido al consumo de carne de cerdo infectada con la Taenia Solim. En una primera fase, este parásito se hospeda en el organismo humano, pero cuando la solitaria desova se considera que la cisticercosis ha avanzado a la fase humana.
El grupo de investigadores que acompaña a la doctora Sciutto Conde identificó algunos componentes de la Taenia Solium que protegen al parásito cuando se encuentra dentro de algún organismo animal. Mediante una tecnología llamada ADN recombinante se desarrollaron antígenos que producen propiedades contrarias a los componentes de protección.
“Fue así como surgió una primera versión de la vacuna mediante la síntesis de tres moléculas, misma que se probó en comunidades rurales del estado de Puebla. El antídoto fue capaz de reducir a la mitad la incidencia de cerdos infectados, pero en cuanto a parásitos logró erradicar hasta un 98 por ciento”.
La doctora Sciutto Conde informó que el grupo de investigadores elaboró una segunda versión de la vacuna con un costo menor, probada en 14 comunidades del estado de Morelos, obteniendo resultados similares.
Los científicos que participan en esta investigación aseguran que aunque se desarrollen métodos de vacunación para inhibir la cisticercosis, ya sea que estén dirigidos a porcinos o hacia humanos, es necesario adecuar las medidas de sanidad a fin de garantizar la efectividad del método.
Al respecto, la doctora Aline Schuneman Hofer de Aluja, profesora e investigadora de la Facultad de Veterinaria de la UNAM, coordina una campaña de difusión de hábitos de sanidad en contra de la cisticercosis, entre pobladores de diversas zonas rurales del país.
Schuneman de Aluja afirmó que de no establecer políticas que fomenten el uso de letrinas entre pobladores de algunas zonas rurales, el círculo de infección de la cisticercosis seguirá proliferando. También señaló la importancia de brindar apoyo a los porcicultores rurales, quienes necesitan alimento para los animales y evitar así que éstos se alimenten por sí solos al aire libre.
“El cerdo ingiere las heces humanas porque éstas conservan una gran cantidad de nutrientes que aún son útiles para los animales”, puntualizó la investigadora.
Por Agencia ID
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