En los constantes esfuerzos por conquistar el espacio, un grupo de investigadores y estudiantes mexicanos diseñaron un robot para excavaciones lunares.
Pakal fue desarrollado por investigadores y estudiantes de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco (UAM – A) y ya disputó su primer certamen: el Lunabotics Mining Competition 2012, organizado por la NASA.
«El robot tiene tres características principales: excavación, movilidad y control. La función de movilidad busca que se desplace en el ambiente que ellos ponen en la competencia, la de excavación consta en recolectar las muestras de arena y llevarla a un depósito donde se contabiliza cuánto recogió el robot, mientras el telecontrol simula un control remoto de la Tierra a Luna, por ejemplo», explicó el profesor Jacobo Sandoval Gutiérrez, uno de los coordinadores del proyecto.
Pakal quedó en el lugar 12 entre 58 proyectos de siete países que participaron en el concurso desarrollado en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, Estados Unidos.
En la tercera edición de la competencia, el objetivo era diseñar y construir excavadoras capaces de extraer y depositar un mínimo de 10 kilogramos de imitación de suelo lunar en 10 minutos.
Entre las complejidades enfrentadas están las características abrasivas del suelo, las limitaciones de peso y tamaño de los prototipos, así como la capacidad de control y autonomía de los mismos.
Pakal cubrió estas necesidades con un peso de 80 kilogramos y 1.75 metros de altura, con una base de 0.75 por 1.5 metros.
«Algunas universidades, que llevan los tres años participando, cuidaron mucho el aspecto del peso del robot, pero resultó contradictorio porque se atascaba por el peso de la arena, y eso fue lo más interesante del nuestro, tenía mucha fuerza, no se atascaba, tenía la tracción suficiente para transportar el material y lo recolectaba de una manera no veloz, pero más eficaz», detalló Andrés Ferreyra Ramírez, jefe del Departamento de Electrónica de la UAM-A.
Con este proyecto, la UAM se convirtió en la primera universidad mexicana en competir en el Lunabotics Mining Competition y la segunda de Latinoamérica, detrás de Colombia, que cuenta con un patrocinio de la NASA.
A partir de las áreas de oportunidad de Pakal, el equipo de investigación continuará trabajando para mejorar su desempeño.
«Vamos por dos cosas, el punto de la química y el de la autonomía. El material que se recolecta es muy corrosivo y queremos evitar esa parte, los restos que quedaron en Pakal vamos a analizarlos y buscar reproducirlo para encontrar una forma de proteger al robot.
«El punto de la autonomía es porque durante la recolección se levanta una nube de polvo que interfiere con la comunicación que se tiene de manera inalámbrica, entonces hay que encontrar un mecanismo eficaz para que el robot pueda ser autónomo», agregó Ferreyra.
Fuente: Obras Web